La primera fase del Diálogo por Ecuador culminó la semana pasada con el fin de las mesas sectoriales. Pero el proceso no se detiene y continúa con fuerza para diseñar medidas que permitan reactivar la economía del país.
Esta semana comienza una nueva etapa en la que se analizarán las propuestas que fueron priorizadas por los distintos sectores, se calculará el impacto de cada una y se desarrollará un informe final con recomendaciones para entregar al presidente Lenín Moreno el próximo 26 de septiembre.
Este Comité Ejecutivo tiene 13 miembros, 7 del sector público y 6 del privado. Lo preside la ministra de Industrias y Productividad, Eva García. Los actores privados que lo integran son: Richard Martínez, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano; Iván Ontaneda, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores; Lucciola Muentes, de la Junta Nacional de Defensa del Artesano; Édison Garzón, del Grupo ProponLe; Marco Carrión, presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha; y Lucía Calderón, presidenta de la Cámara de la Economía Popular y Solidaria de Pichincha.
Por su parte, el resto de oficinas públicas que forman parte del Comité son: el ministerio de Economía y Finanzas, el de Comercio Exterior, el de Trabajo, el de Agricultura, el Servicio de Rentas Internas y la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo.
El trabajo por delante
Martínez explica que el objetivo de la segunda fase de diálogo es definir “una hoja de ruta” a fin de trazar planes que permitan materializar todas las propuestas priorizadas.
“Habrá una discusión a profundidad y nosotros mantendremos nuestra posición de que las reformas que se realicen sean profundas. Reformas parciales nos llevarían a resultados parciales, mientras que reformas profundas nos llevarán a un incremento de la inversión”, advierte el presidente del CEE.
Los retos
El principal reto que tienen ante sí los miembros del Comité Ejecutivo es llegar a acuerdos entre todas las partes para que se pueda materializar los cambios que los sectores solicitaron.
“La meta es salir robustecidos y fortalecidos con soluciones que ayuden a todos los sectores sin perjudicar a unos y beneficiar a otros. Necesitamos ser bastante creativos y estoy seguro de que lo vamos a lograr”, señala Ontaneda.
Por su parte, Carrión destaca las posiciones cercanas que ha habido hasta ahora: “Creo que hay una gran coincidencia dentro del sector privado en temas muy transversales, entre ellos el tributario. Vamos a sistematizar y todo se va a discutir de manera muy profunda. Esto no quiere decir que se vaya a concretar todo, pero el Presidente ha manifestado que va a acoger más allá del 50% de las propuestas para desarrollar al sector productivo”.
Garzón añade que el desafío más grande será llegar a “acuerdos mínimos con cada una de las instancias con las que se deberá dialogar para conseguir acuerdos que generen la mayor cantidad de productividad y empleo posible y que permitan atraer más inversión”.
Lo recogido hasta ahora
En las 26 mesas sectoriales que se reunieron durante la primera etapa del diálogo se acumularon más de 1.400 ideas y se recogió información suficiente para poder tener un diagnóstico de la situación de las distintas actividades económicas.
“Hay varias propuestas transversales que se repitieron con frecuencia en las mesas sectoriales, entre ellas todo lo relativo al tema tributario, como la revisión del cálculo del Anticipo al Impuesto a la Renta. Otro asunto de gran importancia es el encadenamiento productivo y que la empresa grande genere encadenamientos para producir plazas de empleo, que es lo que necesitan la Economía Popular y Solidaria y los artesanos” asegura Calderón.
Por su parte, Muentes destaca lo positivo del proceso y las necesidades más urgentes de la economía. “Los artesanos nos hemos podido sentar a dialogar para poder consensuar ideas que nos lleven a un mejor país. Hay que crear más puestos de empleo y lo principal es que el artesano pueda llevar sus productos a todo el país e incluso sea capaz de exportarlos”.
La importancia del diálogo
Todos los miembros del Comité Ejecutivo destacan la importancia de que los distintos sectores se escuchen en un proceso inclusivo para poder llegar a medidas consensuadas que permitan reactivar la economía.
“Es muy importante este espacio porque no se ha dado en muchos años y los sectores productivos son los que tienen la vivencia y la practica de lo que ocurre en cada uno de ellos. En base a eso y con el objetivo de mejorar la productividad, habrá propuestas efectivas y apegadas a la realidad. El sector público, por su lado, recibirá insumos valiosos para poder hacer las políticas que se requieren para mejorar la competitividad”, afirma la ministra Eva García.
Por su parte, Martínez destaca el nuevo clima de mayor conciliación que se siente entre los actores públicos y privados: “Tenemos que volver a reconocer que somos un país de diálogo, no lo que se quiso implantar en los últimos 10 años tratando de dar la idea de que éramos un país de resentimientos, de odios y antagonismos. Los ecuatorianos somos personas de diálogo, lo que implica ponernos de acuerdo sobre temas de bien común que realmente interesan a los ciudadanos, como el empleo y la calidad de vida”.
Ontaneda insiste sobre la misma idea de una manera metafórica. “Regresar del divorcio al matrimonio ha sido un desafío importante. El dialogo ha generado confianza, una confianza que los ecuatorianos y todos los empresarios necesitábamos y requeríamos. Se ha generado compromiso para en conjunto buscar vías y soluciones pragmáticas para poder beneficiar al país”, concluye.